jueves, 1 de septiembre de 2011

TECNICAS DE LAVADO


Por: Samir A. Campo E*[1]
Según los últimos datos provistos por el RADDAR Consumer  Report, hoy en Colombia 1 de cada 12 familias posee carro, hay 1,3 televisores por hogar  y en más de 250.000 hogares en nuestro hay una consola de juegos de video, lo cual si se suma a los resultados de la última encuesta de calidad de vida divulgados por el DANE que muestra un incremento del consumo de electrodomésticos y aparatos electrónicos en el hogar durante los últimos, nos permite ver un recambio del stock de cosas útiles o no de la casa.
Este recambio se ha dado debido a la influencia de múltiples factores macroeconómicos, pero sin duda, también asiste a este proceso el desarrollo de nuevas tecnologías capaces de ofrecer amplio valor agregado en la prestación de los servicios que la familia requiere; y de hecho, gran parte de la oferta está enfocada en las capacidades del electrodoméstico, en el cual están invertidos buenos años de estudios procurando en él el máximo beneficio y el cumplimiento de la promesa hecha el consumidor.
El caso particular de este espacio de hoy, tiene como actores centrales: una lavadora, un par de impulsadores y dos grandes superficies y como argumento central el deseo de mi esposa de cambiar de lavadora.
En la primera de las intenciones de compra, nos encontramos con un universo gigantesco de opciones, todo tipo de colores, formas y referencias. Después de una decena de minutos de desconcierto, apareció un impulsador de una de las marcas quien  con cara de desgano, con intenciones nulas de dar razón de nada y que ante la apertura de la puerta de una de las lavadoras por parte de mi esposa ajustó un: “¿qué se le ofrece? y que sumado a esto ante mi pregunta de la diferencia entre el Sistema Ciclo Wash y Ultra clean de dos marcas distintas respondió que era lo mismo con diferente nombre.
Indignados, entonces partimos a otra gran superficie cercana. Abordamos la misma bahía encontrando casi el mismo stock de productos y marcas; la diferencia entre una experiencia y otra, en este caso estuvo fuertemente marcada por una impulsadora que hábilmente y atendiendo a tres familias al tiempo, empezó a explicarnos las ventajas de una lavadora de 29 libras de altísima tecnología, comprometida con el medio ambiente, ahorradora de energía y con un sistema de lavado especial para ropa de bebes o personas alérgicas, no sin antes decirnos que estaba en promoción y que gracias al bajo precio del dólar teníamos semejante descuento, valiendo la pena decir que el valor de esta lavadora estaba una vez por encima del presupuesto pensado para la compra, no obstante, hoy habita en mi apartamento.
Concluyendo la historia, solo queda una reflexión: bastante puede ser la inversión en Investigación y desarrollo en un producto, mucho esfuerzo puede destinarse a la ubicación de un excepcional punto de venta, mucho podemos construir alrededor de la identidad de una marca (marketing olfativo, experiencial, jingle, etc.) pero en el “momento de verdad” donde el consumidor adopta una decisión, un buen vendedor o transmisor de información vale más que cien ventajas mal administradas


[1] Director de estudios sociopolíticos de RADDAR CKG

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